Mi mamá siempre cuenta su anécdota de cómo durante su
embarazo asistió de forma regular al curso de parto psicoprofiláctico y de cómo
yo nací imitando el control de las respiraciones que ella había aprendido (¡ah
qué bebé tan linda!). Recomendaba la experiencia, aunque parece que a la hora
de la hora, las benditas respiraciones se fueron al garete porque, contaba mi
abuelita, mi mamá gritó como una “loca desesperada” a la hora de parirme.
Así que me dí a la tarea de investigar dónde tomaría mi
curso de preparación. Descubría que aquí en España, los cursos van mucho más
allá de los ejercicios físicos o el control de la respiración, es un
acompañamiento casi moral. Leí opiniones muy positivas de muchas mujeres del
curso en general y opciones de diversos centros y me pude hacer una idea
bastante clara.
La seguridad social ofrece estos cursos de forma
gratuita, consulté con mi centro
asignado y efectivamente, me dijeron que tomaban nota y me llamarían en las semanas correspondientes. El curso lo
daba precisamente la comadrona despistes de mi primera visita y dada mi
experiencia previa con esta amable
señora, empecé a mirar en paralelo opciones de centros privados, aunque el
precio me hacía dudarlo un poco.
Después de mucho mirar me decidí por Llevadonas, un centro
privado especializado en formación sobre la maternidad que además entraba en mi
cobertura de seguro privado. http://llevadonas.es/es/quienes-somos/
La pregunta del millón: ¿Asisten los padres? Mi mamá me dijo
que en su época, en México, los padres no asistían, era una clase de y para
mujeres. La versión europea era distinta, mi Wero preguntó a sus colegas
alemanes y le dijeron que por ninguna razón se le ocurriera no asistir porque las
mujeres que iban solas se sentían como las “preñadas y desechadas” (¿hombres,
de verdad nos ven tan “dramas-queens”?). Pregunté en el centro y la posición
era menos drástica: la presencia del padre era recomendable, más no
obligatoria.
La realidad es que, parece ser que, los futuros papás de mi
generación son mucho más involucrados que los de la generación de mi mamá.
Cuando llegamos al curso no había una sola mujer no acompañada, era un curso
para parejas: de padres. Me da alegría ver que ya no hablamos de una maternidad
femenina, si no una paternidad compartida en donde hay dos partes, cómo en la
concepción.
Desde que llegamos a Llevadonas me llevé una excelente
impresión del centro, el lugar es acogedor y familiar, cada rincón está
enfocado de lleno a la maternidad / paternidad, al bebé. El sitio me encantó,
lo tienen muy bien montado y es realmente un espacio de acompañamiento completo
a la pareja. Las sesiones de preparación al parto se dividen en dos partes: una
teórica y una práctica.
La parte práctica nos permitió conocer ejercicios
respiratorios, activadores de la circulación, reforzadores del periné, para
soportar las contracciones y relajarse durante el trabajo de parto.
En la parte teórica se nos habló de temas como los cambios
físicos, las dudas frecuentes del momento del parto: la epidural, la cesárea,
la epistomia. Y temas postparto como la lactancia, el cuidado del bebé y el
puerperio.
Debo decir que la parte teórica me gustó mucho más, y me
hizo comprender finalmente el papel que puede jugar una comadrona profesional.
La teoría la impartía una matrona experta, que además tenía una inteligencia
emocional envidiable, indispensable en
una labor como la que realiza, una mujer realmente empática.
La parte práctica fue buena, no puedo quejarme,
pero me daba un poco de pena ver a los padres, dando obviamente el apoyo moral,
pero en un rol en donde no podían hacer mucho, porque la realidad es así: quien
va a parir es la mujer.
En cualquier caso terminé (¡terminamos!) el curso con un
excelente sabor de boca y con mucha información útil, que nos ha servido y
servirá desde ahora hasta el puerperio. Y nos abrió los ojos, literalmente,
porque las presentaciones incluían fotos MUY gráficas de temas que no siempre
vienen ilustrados en los libros:
- Los bebés no nacen resplandecientes y hermosos como el bebé Gerber, prepárate: tu recién nacido al salir será un pequeño monstruito hinchado por el exceso de líquidos, con sarpullido o pelo en algunas partes de su cuerpecito y cubierto de una mezcla de sangre y una pasta blanquecina como semejante a la nata pasada llamada vérnix caseosa (por cierto, muy beneficiosa para su piel)
- Si tu bebé nace con la cabeza larga como pepino o con algún chipote extraño, no te asustes, no fuiste fertilizada por un extraterrestre ni tu ginecólogo apachurró por mala praxis la cabeza de tu bebé. La cabeza de un recién nacido es blanda, precisamente para poder adaptarse al paso por el canal de parto e irá tomando forma normal con el tiempo. Tendrás un mini conehead solo temporalmente.
- Las fontanelas, las partes blandas en la cabeza del bebe, no se cerrarán hasta los 12-18 meses. ¡Por favor mamás, no le llenen a los peques la cabeza de colonia de bebé, si no quieren peques alcoholizados por osmosis! (¡Ahora entiendo tantas cosas!)
- Romper aguas no es como en las películas, el bebé no estará en tus brazos unos minutos después, pueden pasar muuuuuchas horas antes de que entres en verdadera labor de parto. Así que, que no cunda el pánico
- La placenta es FEA, pero realmente, FEA FEA FEA
- Una vez que superas el parto, no cantes victoria que falta aún el bendito puerperio, con episodios tan sexies como coágulos de sangre de tamaño de hígados de pollo saliendo de “ya sabes donde” (¡creo que para los esposos esa fue la parte más fuerte del curso y no sé si llegarán a superar esa frase!)
Ya hablando en serio y sin bromas, uno de los mejores
consejos que nos dio la comadrona fue el planear cada una su parto. Cómo se quiere y en qué condiciones,
importante compártirlo con tú pareja para que esté al tanto y hablarlo muy
claramente con el ginecólogo / matrona para que sea respetado: el parto es uno
de los momentos más importantes de tu vida y tú decides cómo quieres vivirlo.
En conclusión, Llevadonas se saca un sobresaliente y tras mi
experiencia recomiendo a todas las futuras mamás que no dejen de asistir al
curso de preparación al parto. Merece
mucho la pena.
Hola, mami millennial expatriada!
ResponderEliminarHe encontrado tu blog buscando información sobre los cursos de Llevadonas y me ha hecho mucha gracia. Yo también he sido expatriada varios años y estoy casada con uno de esos europeos de países muy rubios y con muchas tiendas ecológicas :) Te quería preguntar si también hiciste los cursos de yoga prenatal que organizan desde Llevadonas, no logro encontrar ninguna opinión sobre esas clases y me gustaría leer algo antes de lanzarme con mi bombo.
Y nada, un gusto leerte :)
Un abrazo!
Sandra
expatriadasblog@gmail.com
Hola Sandra!
ResponderEliminarNo te imaginas la ilusión que me ha hecho tu comentario, porque, como habrás podido notar, desde que nació naricitas deje de escribir: Dios! Nadie me dijo nunca, así cruda y directamente LO DURO que puede ser convertirse en madre. Ya lo iré contando de a poquito. Hoy después de 2 años que por fin me animo a retomar el blog: una bendita lectora. GRACIAS Sandra!. Y lo siento, no puedo ayudarte, no tome los cursos de Yoga, espero hayas podido encontrar otras opiniones.
Mucho ánimo con tu embarazo, que todo salga muy bien y prepárate para experimentar un amor tan infinitamente grande que no se puede escribir.
Un abrazo muy fuerte para ti y tu peque